
Mendoza vivió como una fiesta el paso del Rally Dakar, donde el público salió masivamente a las calles para observar a las máquinas y los competidores.
Al llegar al puente de Luján, la gente se multiplicó y vivó a Terranova, que se transformó en el nuevo ídolo mendocino. Y a medida que avanzó por Panamericana y el Corredor del Oeste, las señales de afecto se repetían.A la entrada del campamento ubicado en el estadio, la multitud explotó cuando apareció la camioneta 315, para dejar en claro quién juega de local en este Dakar.
Al llegar al puente de Luján, la gente se multiplicó y vivó a Terranova, que se transformó en el nuevo ídolo mendocino. Y a medida que avanzó por Panamericana y el Corredor del Oeste, las señales de afecto se repetían.A la entrada del campamento ubicado en el estadio, la multitud explotó cuando apareció la camioneta 315, para dejar en claro quién juega de local en este Dakar.
mdz
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