
La prematura consagración puede haber sido para hacerle el regalo de cumpleaños a mamá Alicia, que los festeja hoy. O bien para aguardar sin ansias extras la llegada de un nuevo integrante de la familia ya que su hermana está a horas de dar a luz.
Más allá de los motivos, Ariel ya lo presentía. "Veníamos por buen camino. En todo el año no pinchamos ni una rueda y, si no se daba ahora, iba a ser la próxima fecha porque la diferencia era importante", calculó el hermano mayor.
Nelson se encargó de explicar lo que pasó en la carrera. "No cometimos errores, salimos tranquilos sin arriesgar en ningún lado; los tiempos se fueron dando solos", explicó el navegante.
Allá por 2003 los hermanos se sumaban al rally para despuntar la pasión por la velocidad competitivamente. También empezaba la vida del Al Ros Competición, que alcanzó un nivel de compromiso que obligó a cambiar algunas cosas. "Todo lo hacemos a pulmón. El auto está hecho en nuestro taller y no podíamos descuidar a los clientes, por eso tenemos que trabajar horas extras para poder cumplir con ellos", detalló Ariel. "Preparamos seis autos de carrera. Antes que el nuestro, están todos esos", sentenció Nelson
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