
Al cierre de esta nota, todavía no se habían definido los puestos en la general.
En esta carrera, los millones de dólares de un equipo compitieron con los ajustados presupuestos de los amateurs. Fue un desafío en el que los obstáculos naturales resultaron más duros de vencer que cualquier otro oponente. Y en que la vida se jugó en cada metro de los exigentes especiales.Por todo lo enumerado, el tucumano y su equipo estaban dispuestos a celebrar el arribo a la meta como un triunfo. Ese era el significado de "su" victoria.
Pero haberse alzado con el título del número uno del país en motos resultó sublime. "¿A quién no le va a gustar ser el mejor?", le había respondido ayer a LA GACETA, de manera premonitoria, cuando se le consultó sobre esa posibilidad.De hecho, las diferencias entre los equipos que participaron quedaron en evidencia en el bivac. Los campamentos mostraron realidades dispares, sobre todo económicas. "Muchos se sorprenden porque con un bajo presupuesto llegué a donde estoy", concluyó el corredor. (Especial)
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