(lunes 11 de agosto del 2008)-Tras el aperitivo que supuso el Monte-Carlo, llega la primera cita importante de asfalto de toda la temporada. Un rally, el de Alemania (15 a 17 de agosto), que no deja indiferente a nadie por sus especiales características y las distintas perspectivas que ofrecen sus tramos tan singulares a lo largo de las tres etapas, pues poco tienen en común unas con otras.Es una prueba que a la gente le encanta o la odia. Si no, que se lo digan a Sébastien Loeb, que después de su inapelable triunfo en Finlandia saldrá todavía más crecido para intentar alcanzar la que sería su séptima victoria consecutiva en la cita germana, que no ha conocido otro ganador que no fuera el trío Loeb-Elena-Citroën en los seis años que ha puntuado para el mundial.
La lista de 86 inscritos es quizá una de las mejores de la temporada, ya que habrá 25 vehículos WRC, de los que 14 se corresponden con distintas versiones del Ford Focus RS, entre los que la mayor novedad está en la presencia de François Duval, que intentará repetir su espectacular actuación del año pasado. Otra es el holandés Peter Van Merksteijn, primer piloto privado que compite con el modelo de 2007.
Como ya va siendo tradición en las últimas ediciones, la buena ubicación del Rally de Alemania con respecto a los principales países europeos hace que siempre cuente con una espectacular participación, ya que a los equipos oficiales se unen muchos otros no habituales del mundial. Sin duda que uno de los puntos de interés será la evolución del nuevo Subaru Impreza en asfalto, donde tanto Petter Solberg como Chris Atkinson intentarán estar un poco más cerca de los Ford y los Citroën, lo mismo que Suzuki, cuyas unidades estrenaron recientemente algunas mejoras.
Tramos clásicos y complicadosEn lo que respecta al recorrido no difiere demasiado de lo visto en las últimas ediciones, comenzando el viernes desde Trier, donde estará situada la base del rally, con tres tramos a doble pasada con contabilizan 108,16 km de velocidad.
Con las orillas del caudaloso Río Mosela y sus espectaculares viñedos como testigos, esta primera etapa se caracteriza por la estrechez de sus carreteras, en las que resulta imprescindible el buen funcionamiento del freno de mano, siendo el cambio más significativo el aumento en el kilometraje de la especial de Moselland.
La segunda jornada es la más larga y complicada que con sus 159,76 km supone quizá una de las más temidas de todo el mundial, ya que está ubicada en la zona militar de Baumholder, con el célebre y a la vez terrible tramo de Panzerplatte, el más largo del rally con 30,38 km sobre un firme difícil y resbaladizo. Durante esta etapa se realizan cuatro especiales distintas con dos pasadas a cada una de ellas.
Para finalizar la tercera etapa es la más corta, apenas 85 km en los cinco tramos previstos, de los que el último, la prueba espectáculo de Trier sólo se disputará una vez. Previsiblemente debería ser un día tranquilo, pues tampoco hay demasiados kilómetros para intentar recuperar, a lo que se une el hecho de que su recorrido es ya conocido por casi todos los principales participantes
SPRA.
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