08-01-2012.-Boris Garafulic ha dicho hasta el cansancio que no está en el Dakar para competir, sino para satisfacer una pasión por el automovilismo que lo domina, pese a tener el respaldo del equipo más poderoso de la competencia y un auto de lujo. Es un beneficiado, hay expectativas sobre su desempeño, pero se ofusca cuando se habla de él como el "crédito nacional". "No me gusta que me llamen así. No lo siento ni lo creo para nada. Tengo una estructura de personalidad que está lejos de creer en eso. Sólo pienso en hacer las cosas bien y ese apelativo me incomoda", asegura.
Garafulic está 14º en la clasificación general en autos tras llegar en el 28ª puesto en la primera etapa. Su progreso ha sido incuestionable y podría finalizar dentro de los 10 mejores en su segundo Dakar, muy por delante de lo que está haciendo Fernando León con AutoGasco (29º). Pero de crédito nacional, nada.
"Igual está el cariño de la gente. Han entendido que hago esto por pasión y porque es importante para mí. Las muestras de cariño son súper importantes y eso es lejos lo más destacable de todo esto", afirmó.
Boris carga con un apellido histórico dentro del automovilismo nacional. Garafulic padre, "El Maestro", dejó una huella imborrable en las tuercas chilenas y su hijo hoy reconoce que eso es una presión extra.
"Absolutamente mete presión. Estoy acá por mi padre, de ahí viene todo. A él le tenían mucho cariño. En su época, el automovilismo fue mucho más relevante que hoy, era casi como el fútbol y para la gente mayor todavía está el recuerdo de él porque generaba mucha empatía y era muy querido", manifestó.
Pese a las comparaciones, el Garafulic del siglo XXI dice estar tranquilo. "Porque hice algo más allá del apellido y esa presión hoy está más digerida", afirmó el mejor chileno en los autos que compiten en el Dakar.
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