
"Mauritania no es Kenia, ni está en ninguna guerra civil, es un país pacífico que necesita nuestra ayuda. Si somos amigos de África no hay nada malo en que visitemos a nuestros amigos", continúa Szabo. Los participantes pasarán por Hungría, Austria, Italia, Francia, España, Marruecos, Mauritania y Mali en un recorrido de 8.760 kilómetros. Este Dakar barato o de los pobres, como les gusta llamarlo a los húngaros, es una prueba de supervivencia y sólo la aventura lo une con el deporte, nunca la velocidad. "No nos parecemos al Dakar mas que en el sentido del viaje. Nosotros no llevamos los alimentos desde París, cada uno tiene que alimentarse como pueda. Los organizadores del Dakar han cometido un grave error cancelando la prueba y nosotros no íbamos a imitar ese tremendo fallo", concluye Szabo.
Cada equipo está obligado a llevar ayuda a un pueblo de África y se prevé que se reparta material humanitario por valor de medio millón de euros. El pasado año construyeron una escuela en la capital de Mali. La primera especial transcurre entre Budapest y Venecia. Mañana llegarán a Murcia y cruzarán hasta el continente de la pobreza desde el puerto de Tarifa.
Para correr sólo se necesita un coche o moto en buen estado y con el permiso de circulación. Nada más. Los organizadores aconsejan que vayan dos personas por coche, ya que el trayecto es largo y las dificultades siempre se llevan mejor en compañía. Al finalizar el viaje, el regreso del coche es cosa del dueño y la organización se desentiende por completo, pero aconseja tres opciones: volver en barco desde Senegal, algo que es muy caro, venderlo en Bamako o, y esto es lo mejor, regalarlo a quien allí lo necesite. Espíritu de aventura en África.
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