
El asturiano, con el mono ya oficial del equipo –al menos el del pasado año, ya que si hay cambios o retoques en los colores no se conocerá hasta la presentación del próximo día 31-, estaba muy distendido. Llegó al circuito a las 8 para el briefing con los ingenieros y después estuvo un rato bromeando con Antonio Lobato y comentamos el partido entre los amigos de Nadal y los amigos de Casillas. Acto seguido se puso el mono y fue al box "porque los retrovisores están tan lejos que tardas un poco de tiempo en ponerlos bien".
Tranquilamente y entre una nube de fotógrafos, fue procediendo al ritual y tras la vuelta de instalación, mientras los ingenieros repasaban el coche, él bajó y se fue al motor home de Renault esperando a que todo estuviera listo y poder iniciar el programa real del día, 90 vueltas previstas "y acabaré con agujetas, seguro".
La impresión es que Fernando tiene muchas ganas de comenzar la temporada y sobre todo de descubrir el nuevo coche la próxima semana en Cheste, aunque lo verá ya el jueves cuando acuda a Enstone para hacerse un nuevo asiento "porque el del R27 no sirve para el coche nuevo".
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