
Porque de ocho rallys disputados, seis se han decidido por menos de una docena de segundos. Desde el mismísimo inicio en Suecia, que Hirvonen ganó a Mads Ostberg por 6.5 segundos, hasta el pasado fin de semana en Finlandia, que Loeb ganó a Jari Matti Latvala por 8.1. En Jordania, Sebastien Ogier se impuso a Latvala por la diferencia más corta de la historia: dos décimas; en Cerdeña y Argentina Loeb a Hirvonen por 11.2 y 2.4, respectivamente; y en Grecia, Ogier a Loeb por 10.5.
Tan sólo ha habido dos rallys, México y Portugal, en los que la diferencia fue mayor. En la prueba americana, porque Ogier se salió cuando peleaba cara a cara frente a Loeb, y en la lusa, porque Loeb perdió mucho tiempo al toparse con Hirvonen pinchado y acabó a poco más de medio minuto. Pero lo cierto es que nunca antes se había vivido tanta igualdad en los tramos. Posiblemente la llegada de la nueva reglamentación y los nuevos coches han igualado las fuerzas. Ahora la duda reside en qué habría pasado si Loeb no hubiera abierto pista y limpiado los caminos en casi todos los rallys disputados al ser líder y esto sí cambiará el año próximo
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