
Lo normal es que ese ansiado primer triunfo llegue en el terreno que mejor domina, el asfalto. "La verdad es que me gustan más los tramos de Córcega que los de Cataluña, pero al ver a toda esa gente apoyándote desde las cunetas, en casa siempre corres un poquito más. Te dan alas". Unas alas que podrían hacerle volar a lo más alto cuando el primer fin de semana de octubre las carreteras colindantes a Salou se vistan de gala para acoger la próxima cita del Mundial. El mayor inconveniente es Loeb y el posible interés de Citroën en preservar el liderato.
SPRA.
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