
Montezemolo utiliza la fina ironía cuando le preguntan sobre el coche de sus grandes adversarios: "Gane quien gane este título mundial lo hará con un poco de Ferrari en su monoplaza o sobre un auténtico Ferrari". Aldo Costa, director técnico y padre de los dos últimos bólidos italianos, ve imposible que el MP4/23 no cuente con nada original del 'Cavallino': "La documentación que han tenido en su poder les ha permitido comprender los beneficios de nuestros conceptos técnicos".
Algo, que según el diario, niega por completo Ron Dennis: "Todo lo que hay en el nuevo monoplaza o está derivado del MP4/22 o es completamente original de McLaren". Su lugarteniente y candidato a reemplazarle algún día es Martin Whitmarsh, que cree que la investigación de la FIA no va a afectarles en su objetivo de luchar por el título: "Las tres áreas que hemos tenido que modificar no nos afectarán en absoluto. Nosotros hemos retirado voluntariamente esas piezas porque no queremos ninguna ambigüedad que pueda perjudicarnos relacionada con lo que sucedió en 2007. Esto les da más trabajo a los ingenieros, pero no será un hándicap". Sin embargo, el nuevo caballo de batalla que critican todos los rivales es otro, la centralita única (ECU), concebida por McLaren y Microsoft, y que todos los equipos deben llevar obligatoriamente. Así la FIA controla la total ausencia de ayudas electrónicas en las salidas o la conducción.
Ya lo dijo Jean Todt hace unos días: "McLaren parte con ventaja porque conoce a la perfección la estructura interna de la centralita. Sobre todo en el comienzo. Habríamos preferido una pieza construida por un organismo independiente". También Toyota se ha quejado. Con los motores congelados en su desarrollo, todos los que no sean McLaren deben adaptar su funcionamiento a esa electrónica. Algo que puede afectar a la elasticidad de las curvas de los motores. Hay escuderías que puede que no arreglen el problema hasta la cuarta carrera
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