A dos días del arranque de la aventura, el piloto madrileño se desplazó junto a su navegante Timo Gottschalck y un contingente del equipo Qatar Red Bull a una zona de dunas y arena blanda del país andino. El objetivo: poner a prueba en ese tipo de terreno siempre decisivo en el Dakar a su nueva carroza estadounidense: un buggy pequeño y ligero de tracción trasera, construido en California, con unas características muy diferentes a los Volkswagen Race Touareg a los que ha estado acostumbrado hasta ahora Sainz, que casi no ha podido probar antes de iniciar su sexta incursión en el Dakar.
"Era esencial tener la oportunidad de hacer este test con el buggy en el desierto antes de comenzar la carrera el sábado", señaló 'El Matador'. "Este test nos ha servido para hacer las cosas correctas y asegurarnos de que funcionan como deben. También hemos probado la válvula que hay en el panel de control, que permite controlar la presión de los neumáticos, algo muy importante en un coche de dos ruedas motrices", explicó. "El buggy tiene mucho potencial y se le han incorporado muchas novedades en el diseño. Cada vez que lo pilotamos aprendemos mucho acerca de este coche, y continuaremos aprendiendo durante las etapas del Dakar. Mi objetivo es correr al máximo con el buggy y asegurarnos de no detenernos hasta llegar a la línea de meta", declaró el español.
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