sábado, enero 05, 2008

UN DAKAR LEJOS DE AFRICA

05.01.08-Casi sin tiempo para superar el trauma de la suspensión del Dakar 2008, la caravana del 'raid' más importante del mundo y sus organizadores comienzan a pensar en el escenario de una futura aventura que sustituya a la ya mítica.
La empresa organizadora, Amaury Sport Organisation (ASO), se comprometió a organizar una prueba de aventura que esté a la altura de las expectativas de los participantes. "Habrá un Dakar en 2009", señaló el director de la carrera, Etienne Lavigne, quien dijo que no se puede acabar con un mito.
Pero ASO no dio ninguna pista de cuál será el futuro Dakar, aunque son pocos los que apuestan a estas horas por África, un continente que parece difícil, por el momento, de repetir. Europa del Este, China y, sobre todo, América Latina son las opciones que cobran más peso, aunque todas ellas cuentan con sus pros y sus contras.
En el caso suramericano, las opciones que se barajan son varias, aunque Chile y Argentina aparecen como serias candidatas para acoger la prueba, seguidas de Brasil, que aporta menos arena, especialidad preferida por los corredores.
La base que representa el Patagonia-Atacama, entre Argentina y Chile, que en la actualidad forma parte de la Copa del Mundo de Rallys, emerge como una plataforma que puede servir para el lanzamiento de un nuevo Dakar con el mismo espíritu del anterior. Desierto, terreno variado y aventura son sus bazas principales, sin contar con que ambos países viven un periodo de estabilidad política que puede desembarazar al rally de las tensiones extradeportivas de los últimos años, culminadas con la suspensión de 2008.
El rally de los Sertoes, en Brasil, también aparece como una opción válida y forma parte en la actualidad de la Copa del Mundo, aunque su recorrido es menos variado, según apuntan algunos expertos, lo que podría restarle opciones. Llevar la caravana del Dakar a América del sur supone un esfuerzo económico suplementario, puesto que la mayor parte de los competidores proceden de Europa y se verían obligados a atravesar el Atlántico con todo el equipo, un enorme gasto extra.
Más cerca están regiones como el Este de Europa, por donde transcurre el singular París-Moscú-Pekín, una prueba que no forma parte del Mundial y que por el momento sólo disputan coches. "Barajamos varias hipótesis, rallys con o sin arena, diferentes regiones del mundo, pero es muy pronto para privilegiar una sobre otra", confiesa el presidente de ASO, Patrice Clerc.
La organizadora del Dakar lleva años trabajando en la creación de un nuevo rally paralelo, una labor que puede servir como base para la configuración de la carrera de aventura que tome el relevo de éste. "No podemos decir que nuestros archivos estén vacíos de opciones, pero en este momento no hay ninguna hipótesis que tenga más peso que las demás", señala Clerc.
El máximo responsable de ASO ni siquiera se atreve a descartar de forma categórica a África. "Hace unas horas iba a haber Dakar y ahora nos hemos visto obligados a suspenderlo ¿Quién puede decir que no volvamos a África? En este mundo tan complicado las cosas cambian muy deprisa", afirma. La declaración de Clerc parece chocar con la geopolítica, cada vez más complicada en el continente.
Llegar a Dakar implica atravesar regiones complicadas. Mauritania se había revelado como un puente relativamente seguro y la amenaza de Al Qaeda en el Magreb, empeñada en poner en tela de juicio los intereses franceses en el norte de África, lo ha tirado por tierra.
Malí no parece una alternativa creíble. El año pasado tuvo que anularse una de las dos etapas en territorio maliense por la amenaza explícita de un grupo salafista. El sur de Argelia es considerado como un nido de terroristas por los servicios secretos de varios países, que creen que allí se refugian muchos de los activistas responsables de los atentados en la región.
En ese complejo panorama aparece Libia, recientemente reincorporada al concierto internacional de naciones y cuyo líder, Muhamad Gadafi, viajó hace unas semanas a París y Madrid en lo que se interpretó como un acercamiento a occidente.
Combinado con Egipto, Libia puede constituir una alternativa creíble, sobre todo si se tiene en cuenta que el Dakar ya terminó un año en el balneario egipcio de Sharm el Sheikh, en el extremo meridional de la península del Sinaí. Una última oportunidad para el continente negro pasa por Sudáfrica, pero allí parece más complicado encontrar dunas.

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