
Estamos hablando de un certamen con más tintes de espectáculo artificioso que su homólogo europeo, protagonizado por máquinas de aspecto imponente y muchos caballos bajo el capó, con figuras tan mediáticas al volante como Travis Pastrana, el propio Block, incluso un Bicampeón del Mundo de Rallyes como el finlandés Marcus Grönholm, y pruebas muy afamadas como los X-Games, que cuenta cada día con mayor número de adeptos entre el público yankee, más acostumbrado a ver un espectáculo -en toda la extensión de la palabra- de motor desde una grada, con un grasiento hot-dog chorreando en una mano y sosteniendo un cartel en la otra, como en el baloncesto, el bésibol o el fútbol americano, que a encaminarse con su coche hacia la cuneta de algún tramo cronometrado.
Sus intereses en Estados Unidos, junto al protagonismo mediático creciente que está cogiendo el Global Rallycross -mayor, sin duda, que el Campeonato Rally América-, y la experiencia que tiene en ese mercado su nuevo director deportivo, Jost Capito, por el bagaje acumulado durante sus años en Ford, podría llevar a Volkswagen a desembarcar a medio plazo en el certamen norteamericano de rallycross, empleando una máquina que estaría basada en el Polo R WRC con el que lucharán en el Mundial de Rallyes a partir de 2013
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