
Luego de la etapa de ayer, Lucio Álvarez había comentado que el hecho de no tener presión por subir al podio lo hacía disfrutar mucho más la competencia. Entonces, y dejándose llevar por sus palabras, era sabido que en este último tramo iba a aparecer su garra, su temple y su calidad conductiva para al menos intentar llegar a ese objetivo planteado antes de viajar al Rally Ruta de la Seda.
No se concretó el anhelo, pero quedó cerca lograrlo tras efectuar una gran tarea en la quinta etapa de la prueba rusa donde nuevamente culminó segundo. Una enterrada que le hizo perder más de quince minutos y una rotura leve en la suspensión trasera fueron los motivos por los que el binomio mendocino no alcanzó la proeza si se tiene en cuenta que dos etapas atrás estaba a más de una hora de los tres primeros lugares.
De todas maneras el rendimiento mostrado por ambos es para destacar ya que en su segundo desafío mundial demostraron que tienen muchas agallas para salir delante de situaciones límites, y talento para ir en busca de resultados.
Finalizaron cuartos en la general a 28 minutos del vencedor, Boris Gadasin, pero se vuelven a Mendoza con el orgullo y la satisfacción que dieron el máximo para lograr un cometido que se escapó por muy poco
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