
Ya en 2006 los fallos de Gronholm condicionaron el desenlace de la temporada. El finlandés se salía de una manera muy tonta en el Rally de Australia y dejaba el título en bandeja a su eterno rival, que vivía el error desde su hogar de Suiza con el brazo en cabestrillo. Este año también los fallos han condicionado el desenlace de la lucha por el título.
En la retina de todos quedará el choque contra un muro del finés en Irlanda, la penúltima prueba del año, que inclinó la balanza a favor de su rival francés ante la cita final de Gales. También fueron sonados los errores de Gronholm en Alemania, donde perdía dos posiciones al salirse en el último tramo, o de Japón, donde abandonaba por un choque en una superespecial.
Pero Loeb también se equivocó. Primero, en Noruega, donde salió con un cero por diversos errores. Después perdía un rally ganado en Cerdeña, también por una salid

Pero lo cierto es que, en el cómputo del año, Loeb ha sido superior. Ocho victorias frente a cinco de Gronholm, trece podios frente a doce del finés y 102 victorias en tramos frente a 76 son el resumen de una campaña en la que sólo han acabado separados por cuatro puntos. Muchos hubiesen querido que Marcus ganase, por ser su último año y para que el palmarés de Loeb no siguiera engordando, pero el desenlace ha sido otro.
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