
Puertas, que ha pilotado cazas de combate y es instructor en la Academia General del Aire, es ya un habitual en la caravana de la carrera más dura del mundo. El piloto, de 39 años, se muestra orgulloso ante la cita del próximo 5 de enero en Lisboa: "Este año voy muy bien preparado y con la intención de estar al menos entre los 20 o 30 primeros, porque el proyecto necesita evolucionar y aunque llegar es importante hay que aspirar a más". Y admite con modestia: "No es poca cosa ser el único español en acabar, pero otros pilotos van con la intención de luchar por el triunfo y es normal que tengan más problemas, aunque no es fácil llegar siempre al Lago Rosa".
La moto vuelve a ser una KTM 525, una monocilíndrica de cuatro tiempos y 550cc que la marca austríaca pone a disposición de los equipos privados y que ha dado un buen rendimiento en los últimos tiempos. Puertas se ve más preparado que nunca, sobre todo por la experiencia acumulada, pero para él esta prueba es, ante todo, una aventura única: "África es especial y siempre es un sueño llegar a la meta por la vivencia que supone esta carrera". Puertas vuelve al Dakar con su casco y su moto en los que se adivina la bandera de España.
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