En la tercera jornada de competencia la navegación por GPS comienza a ser clave a la hora de buscar un buen resultado. A su vez el recorrido gana metros sobre el nivel del mar y el paisaje cambia rápidamente ya que la abundante vegetación de las zonas húmedas de las primeras etapas, deja lugar a un escenario más árido y caminos arenosos con escasa vegetación.
La primera parte de la sección selectiva se disputará sobre un trazado muy roto y los pilotos pueden encontrar sectores con mucho barro al costado de los caminos. Tras la neutralización la ruta de la competencia ingresa a un río seco que alterna sectores veloces con algunas partes técnicas, con muchas rocas de gran tamaño. A medida que la prueba se acerca al oeste de la provincia de Catamarca, aparecen las primeras dunas sobre el terreno; un anticipo de lo que será el tránsito por el desierto de Fiambalá en la siguiente etapa.
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