Después de una maratoniana reunión de más de once horas convocada por Max Mosley, el presidente de la FIA, con cuatro de los representantes de la FOTA, Stefano Domenicali (Ferrari), Ross Brawn (Brawn GP), Christian Horner (Red Bull) y John Howett (Toyota) la guerra sigue abierta. No hubo acuerdo entre federación y constructores, y eso que el dirigente británico se presentó por primera vez con un tope presupuestario más ajustado a lo que le piden las escuderías, de cien millones de euros, más alta que los 45 millones de euros (que se retrasaría a 2011). Y con la posibilidad de excluir del tope a uno de sus miembros mejor pagado. Eso sí, también les ofrece un Pacto de la Concordia en los términos negociados antes de Mónaco.
Así aparece en una carta enviada al presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, revelada por 'Autosport'. Y la falta de un trato se debe sobre todo a la imposibilidad de firmar un pacto con Ecclestone en el que las marcas sean los mayores beneficiarios de la tarta de ingresos de la Fórmula 1. Así las cosas, y después de no llegar a acuerdo alguno, Max Mosley puede publicar hoy una lista de inscritos definitiva para el Mundial 2010 en la que no estarían Ferrari, McLaren, Renault, BMW, Toyota, Brawn, Red Bull y Toro Rosso. Si lo hace, la FOTA tendrá vía libre para hacer su propio campeonato. Otra opción casi peor es que Mosley está dispuesto a publicar una lista con la mítica escudería italiana por tener contrato con Bernie hasta 2012. Ferrari amenaza con ir a los tribunales si se hace algo así (consideran ese contrato roto), y con marcharse en caso de que les metan contra su voluntad. Con el resto.
Y Max tendría que admitir a perlas como Litespeed, Brabham, March o MSC, que, directamente, ni existen. Y algunos proyectos más solventes, pero modestos, como los de Campos, Epsilon o USGPE. Ante las dudas para el negocio que plantearía algo así el dirigente británico retrasará la inscripción al menos hasta la medianoche de hoy para buscar un acuerdo. Y la última opción es la de incluir a los ocho miembros de la FOTA en la inscripción de 2010, pero de manera condicional. Es decir, aceptar a las tres nuevas escuderías, a Williams y Force India, y mantener la provisionalidad de los rebeldes. O incluso publicar una lista provisional de veinte escuderías. Hoy seguirán los contactos telefónicos entre constructores y FIA.
Lo único que ha abandonado Mosley es la idea de un reglamento que favorezca a los recién llegados, que sustituiría por ayuda técnica de los grandes a las nuevas escuderías durante dos años. Max está cediendo en algunos aspectos, ahora el que tiene que plegarse si no se quiere quedarse sin su negocio es Ecclestone.
Así aparece en una carta enviada al presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, revelada por 'Autosport'. Y la falta de un trato se debe sobre todo a la imposibilidad de firmar un pacto con Ecclestone en el que las marcas sean los mayores beneficiarios de la tarta de ingresos de la Fórmula 1. Así las cosas, y después de no llegar a acuerdo alguno, Max Mosley puede publicar hoy una lista de inscritos definitiva para el Mundial 2010 en la que no estarían Ferrari, McLaren, Renault, BMW, Toyota, Brawn, Red Bull y Toro Rosso. Si lo hace, la FOTA tendrá vía libre para hacer su propio campeonato. Otra opción casi peor es que Mosley está dispuesto a publicar una lista con la mítica escudería italiana por tener contrato con Bernie hasta 2012. Ferrari amenaza con ir a los tribunales si se hace algo así (consideran ese contrato roto), y con marcharse en caso de que les metan contra su voluntad. Con el resto.
Y Max tendría que admitir a perlas como Litespeed, Brabham, March o MSC, que, directamente, ni existen. Y algunos proyectos más solventes, pero modestos, como los de Campos, Epsilon o USGPE. Ante las dudas para el negocio que plantearía algo así el dirigente británico retrasará la inscripción al menos hasta la medianoche de hoy para buscar un acuerdo. Y la última opción es la de incluir a los ocho miembros de la FOTA en la inscripción de 2010, pero de manera condicional. Es decir, aceptar a las tres nuevas escuderías, a Williams y Force India, y mantener la provisionalidad de los rebeldes. O incluso publicar una lista provisional de veinte escuderías. Hoy seguirán los contactos telefónicos entre constructores y FIA.
Lo único que ha abandonado Mosley es la idea de un reglamento que favorezca a los recién llegados, que sustituiría por ayuda técnica de los grandes a las nuevas escuderías durante dos años. Max está cediendo en algunos aspectos, ahora el que tiene que plegarse si no se quiere quedarse sin su negocio es Ecclestone.
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